¿Qué podemos hacer en la explotación para mitigar y para adaptarnos al cambio de escenario?

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El investigador de la Universidad Politécnica de Valencia Salvador Calvet Sanz abordó en la reciente Jornada sobre Agricultura y Cambio Climático las implicaciones de las explotaciones ganaderas en la producción de gases de efecto invernadero así como algunas estrategias para diminuir este impacto. Para el experto, es importante no desligar la ganadería de la agricultura, ya que los subproductos de la actividad ganadera son ampliamente utilizados en agricultura. Calvet Sanz apunta que la ganadería está en boca de todos, no sólo por las últimas declaraciones de la OMS acerca de la carne procesada. Existen numerosas noticias sobre la industria cárnica que es la principal industria alimentaria de nuestro país, ya que genera una parte importante del PIB,  así como puestos de trabajo.

Mensajes como que la ganadería contamina, los animales sufren, es un producto malo para la salud o se utilizan antibióticos contrastan con aquellos que señalan que la carne es un producto que gusta a los consumidores, genera riqueza y trabajo y preserva el medio rural. En su ponencia, el profesor Salvador Calvet subraya que, como profesor y científico, quiere tener amplia información para decidir qué hacer con ella. En este sentido, el experto plantea los siguientes interrogantes: ¿qué, cuánto, dónde y cómo contamina? y ¿cómo se puede reducir?

Calvet enfatiza que la carne tiene beneficios y perjuicios para la salud: “Comemos más carne de la que nos correspondería. Si debemos dejar de hacerlo no sólo es para no contaminar, sino para proteger nuestra propia salud”.

¿Dónde podemos reducir la emisión de gases de efecto invernadero?

  • Eficiencia de la ganadería
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El profesor de la UPV señala que en los procesos de producción la materia orgánica se aprovecha de forma parcial. Si no hay oxígeno, se produce metano, un gas de efecto invernadero. En condiciones aerobias, se produce CO2. “Los animales son fábricas de transformar proteína vegetal y proteína animal”, señala. Excretan nitrógeno orgánico, a través de las heces, e inorgánico, a través de la orina. El docente cuenta que, sobre todo en el caso de la orina, pasa muy rápido a amoníaco. Este gas es contaminante y es la molécula a partir de la cual se produce el óxido nitroso. A partir de ahí, continúa, podemos saber bien dónde se produce el metano: en la fermentación entérica del ganado. “No se puede hacer demasiado en este sentido, porque precisamente así las vacas son capaces de aprovechar recursos que nosotros no”.

  • La gestión de los purines

Se produce metano donde hay materia orgánica en ausencia de oxígeno, como es el caso de los purines. Se produce cuando están cerrados más de un mes. “Esto ya nos da una idea de cómo reducir la emisión de metano en las granjas, no dejemos que el purín esté cerrado más de treinta días”, concluye Calvet.

Maquinaria y energía

Las granjas de aves, por ejemplo, necesitan calefacción para asegurar el bienestar de los animales y la producción.

La doble cara del metano

Puede ser una fuente de energía aprovechable a través de la producción de biogás. La digestión anaerobia puede ser una forma de obtener un beneficio de las emisiones. A juicio del experto, la producción de biogás solo tiene beneficio cuando se puede aprovechar a la vez la energía eléctrica y el calor: «Las experiencias que existen funcionan más por los incentivos económicos que por la mejora ambiental».

¿Cuánto CO2 emitimos?

Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, en valor absoluto, los sectores de ganado lechero y cárnico producen la mayor parte de gases de efecto invernadero. Calvet explica que, indirectamente, a través de los piensos que se utilizan para su alimentación se produce óxido nitroso. En cuanto al metano, se produce por la gestión del estiércol y la fermentación entérica. Y el dióxido de carbono, a través de las fuentes de energía utilizadas.

El clima en España

El clima español tiene zonas con grandes oscilaciones de temperatura, que conllevan implicaciones para los animales. Los animales necesitan condiciones óptimas haga frío o calor y los establecimientos deben estar adaptados. Se debe adaptar las instalaciones o no se puede criar animales.

Implicaciones para la ganadería

Las previsiones de aumento de la temperatura conllevan repercusiones para los animales. Un estudio llevado a cabo en la Comunidad Valenciana señala que lo que más ha subido han sido las temperaturas máximas los meses de verano y sobre todo en las zonas de montaña. ¿Cómo nos podemos adaptar? Una posibilidad es a través de las instalaciones ganaderas. El aislamiento térmico es la primera medida para mejorar el confort de los animales y permitir que estén a la temperatura adecuada.

Las ideas clave:

  1. La ganadería contribuye al cambio climático con sus emisiones directas (animales) e indirectas (piensos), pero tiene otras implicaciones ambientales.
  2. El cambio climático afectará a nuestros sistemas de cría de animales. Habrá que adaptar las instalaciones ganaderas para que los animales críen en un mundo diferente.
  3. Las instalaciones ganaderas deberán afrontar los desafíos del cambio climático.

Puedes ver la ponencia completa de Salvador Calvet aquí: