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El Bureau of International Recycling, asociación que integra a la industria mundial del reciclaje, ha expresado su preocupación por las noticias recientes sobre la intención de China de prohibir la importación de una serie de materiales residuales, incluyendo ciertos tipos de plásticos, mezclas de papel, escorias, textiles o cenizas, entre otros.

El pasado martes, 18 de julio, China notificó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que dejará de aceptar ciertas importaciones de residuos a finales de 2017, como parte de su campaña nacional de defensa contra la “basura extranjera”.

En este sentido, BIR lamenta el poco tiempo otorgado a los interesados para presentar observaciones. Sin embargo, esta organización presentará un informe a la OMC.

El director general de BIR, Arnaud Brunet, afirma que esta asociación y sus miembros “apoyan y promueven altos estándares de calidad para las exportaciones de residuos”, y que esta prohibición tendría “un serio impacto en la industria mundial del reciclaje que, en los últimos 25 años, ha ayudado a China en su crecimiento y desarrollo económico, dando respuesta a sus necesidades de materias primas secundarias”.

MILLONES DE DÓLARES EN MERCANCÍAS

“Los flujos de comercio internacional de materias residuales hacia China suponen decenas de miles de millones de dólares en mercancías que la industria nacional China necesita para sus procesos productivos”, añade Brunet.

El año pasado, China importó 7,3 millones de toneladas de residuos plásticos, valorados en miles de millones de dólares, principalmente provenientes de Europa, Japón y Estados Unidos. Estas son también las principales fuentes de chatarra y papel que se envía a China cada año. Respecto al papel recuperado, el gigante asiático importó 27 millones de toneladas, de todas las regiones de abastecimiento del mundo, de los cuales entre un 25 y 30% era papel mezclado.

La prohibición puede hacer que una gran cantidad de residuos de papel terminen fuera del flujo de la economía circular.

El BIR intentará ahora demostrar a todos los actores interesados, y al Gobierno chino en primer lugar, el impacto devastador que esta prohibición tendría en la industria mundial del reciclaje y en las economías china y mundial, así como sobre el medio ambiente.

Fuente: Residuos profesionales