Amaia Moreno

Amaia Moreno es responsable de biotratamiento en Guipozkoa /R.Moral

Amaia Moreno, antigua alumna del Máster en Gestión, Tratamiento y Valorización de Residuos Orgánicos, es responsable de biotratamiento en Guipuzkoa. Moreno trabajaba en el Consorcio de Residuos de la provincia vasca, antes de cursar el máster: «Cursarlo me sirvió para suplir las carencias formativas en cuanto a tratamiento de residuos y aplicación de compost”. En este sentido, la antigua alumna señala que la parte agronómica del máster fue de gran valor para mejorar sus competencias profesionales.

El Consorcio gestiona la planta de compostaje de Lapatx, que arrancó en junio de 2008, con el objetivo de compostar la materia orgánica de los hogares de los municipios de Gipuzkoa, así como los restos orgánicos procedentes de los productores de alimentos. Aunque en una primera fase sólo se realizaba compost con residuos de origen vegetal, más adelante se incorporó la tecnología para aceptar residuos orgánicos procedentes del canal Horeca (hoteles-restaurantes-cafeterías).

La capacidad de tratamiento de esta planta asciende a 3.500 toneladas anuales y, junto a la futura Planta de Epele-Bergara, absorberá todos los residuos orgánicos generados en Gipuzkoa.

Una vez en la planta de tratamiento, el biorresiduo se deposita sobre un lecho de material estructurante -restos de poda- para evitar la formación de lixiviados y la emisión de olores. La mezcla se realiza con una pala cargadora de manera que se configuran pilas, identificables por su posición y fecha.

En esta primera fase, se efectúan volteos periódicos para la correcta aireación y homogenización de la mezcla. Los primeros 15 días se realizan como mínimo 5. Para asegurar las condiciones de higienización, se controla que la temperatura supere los 55ºC. Durante este periodo, se mide también la humedad de la mezcla.

Una vez que se han superado las fases termofílica y de enfriamiento, se lleva a cabo un proceso de maduración. Cuando concluye, el compost sufre un proceso de afino mediante un sistema de cribado que lo separa del material estructurante. Después, se almacena y se realizan los controles analíticos según lo indicado en el RD 506/2013 sobre productos fertilizantes.

Los metales pesados determinan la calidad del compost que en el caso de la planta de Lapatx es de tipo A, esto es, sin restricciones para su uso en agricultura. Amaia Moreno explica que la recogida selectiva previa permite que los residuos orgánicos que llegan a la planta de tratamiento cuenten con una cantidad mínima de otros componentes: “De esta forma, obtenemos un producto final libre de impropios”.

La responsable del compostaje subraya que ciudadanos y empresas compran el compost para su aplicación en agricultura, jardinería pública y restauración paisajística. Además, los huertos ecológicos urbanos también emplean este material para mejorar las propiedades del suelo y de los cultivos.